miércoles, 30 de marzo de 2011

DE LITERATURA



Hace poco tiempo estaba leyendo una novela histórica cuyo nombre no creo necesario citar aquí y en la que había muchos personajes, a los que les pasaban muchas cosas, que se situaban en muchos lugares distintos y en momentos diferentes, una novela de esas que decimos “que engancha” porque….bueno, no sé muy bien por qué engancha pero, aunque con muchas páginas de sobra, leía, leía y leía hasta llegar a final, con prisa, casi con avidez. Una vez terminada, cerré el libro y se acabó.

Me resultaba difícil recordar qué era lo que atraía de éste u otro personaje, por qué uno u otro pasaje era interesante…pasaban cosas, sin más.

Después releí Cien años de Soledad y se hizo la luz porque también había personajes a los que les pasaban cosas y que se situaban en lugares distintos y momentos diferentes pero todas y cada una de las palabras, de los personajes, de los lugares… estaban envueltos en un halo de sabiduría literaria difícil de alcanzar.

Leer es siempre una experiencia gratificante pero leer buena literatura te enseña a ver y entender las cosas desde múltiples perspectivas, las de aquellos que saben fabular para acercarnos a los seres humanos y poder empatizar, amar, odiar, sufrir, gozar …en definitiva vivir.

Adela

Blogge@ndo

2 comentarios:

  1. Hermosa manera de comentar la diferencia entre un bestseller y un clásico.
    Si cada libro se presenta como lo que es, no hay problema; hay bestsellers dignos y muy interesantes. Lo que a mí me subleva es la literatura de consumo que se presenta como si no lo fuera... y no quiero citar títulos.
    Interesante ángulo para enfocar un autorretrato lector.

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  2. Adela, es un excelente reflexión para poder entablar un diálogo en las aulas y entre nosotros.
    Hay libros que te enganchan por querer saber el final pero en las páginas "de relleno" estás pensando que sobran, que no se juega con las palabras como si de un arte se tratara...
    Los cuentos para pequeños sufren del mismo mal...Un buen cuento, un cuento que cuida las palabras y pone las justas, ni faltan ni sobran...siempre deja el silencio en el aire y el brillo en las miradas de los mas enanos de la TRIBU.
    Doña Díriga es contadora de cuentos y comparte plenamente tu reflexión. Tenemos que cuidar que literatura ofrecemos a los que se inician en el placer de leer.
    Los libros no se clasifican por colores sino por historias que enganchan y atrapan de la primera palabra a la última. ¿Qué pensáis?

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